Comentario
El camino que durante el siglo XVII siguió Francia hacia una situación política y económica privilegiada, hizo que se revalorizara el papel y la importancia de las artes suntuarias que enriquecían principalmente los palacios, aunque también tuvieran un papel notable en la decoración de edificios religiosos.En este sentido, ya Enrique IV, cuyo primer ministro Sully pretendía reactivar la actividad industrial y artesanal evitando así la dependencia del exterior, favoreció la instalación en París de talleres dedicados a las artes suntuarias, ya que como capital del reino era un centro particularmente consumidor de producciones de este tipo. Como muestra de esta protección, en 1608 concedió que un grupo de artistas se instalara en la Grande Galerie del Louvre para que trabajasen especialmente para la Corona. Luego, tras el período de relajo que supuso la Regencia de María de Médicis y el reinado de Luis XIII, Luis XIV y Colbert volvieron a reactivar la política de Enrique IV y Sully.En este juego de la política artística tuvo un papel singular la Manufacture des Gobelins, que de una forma dirigida, como todo el arte del reinado del Rey Sol, llevó a cabo la realización de los objetos que completaban la decoración de los edificios del período.En realidad, aquella institución tenía su origen en un antiguo taller de tapicería al que, poco a poco, Colbert fue agregándole otras especialidades, para de esta manera fomentar la producción en la propia Francia de piezas de alto coste que suponían una enorme sangría económica si eran importadas, propiciando al mismo tiempo la posibilidad de un buen número de puestos de trabajo especializados.El origen de la manufactura se remonta al año 1440, cuando el tintorero Jean Gobelin instaló su industria a orillas del Bièvre, un arroyuelo afluente del Sena por su margen izquierda al que se unía a la altura de la Ile-de-la-Cité. El barrio donde el tintorero levantó su industria era el de Saint-Marcel, conocido como la Glaciére por ser una zona llena de pantanos que se utilizaban para extraer hielo durante el invierno acumulándolo en neveras bajo tierra para los días cálidos del verano. Pero en aquella zona poco a poco fueron instalándose otros tintoreros, curtidores y lavanderas que deterioraron el río, que definitivamente fue cubierto en 1910.Poco después, la industria de Jean Gobelin fue vendida por sus descendientes, aunque siguió funcionando como tal y conocida como los Gobelins. A comienzos del siglo XVII acabaron instalándose allí unos tapiceros flamencos llevados a Francia por Enrique IV, y más tarde, en 1662, al decidir Colbert reorganizar las manufacturas tapiceras, reunió todas en el recinto de los Gobelins, con lo que allí se establecieron los telares de París y los de Maincy, confiscados a Fouquet en 1661, naciendo de esta manera la Manufacture Royale des Tapis series de la Couronne, de la que se nombró director a Charles Le Brun.Para acomodar el conjunto se fueron haciendo añadidos arquitectónicos, lo que permitió que en 1667 se instalara en el recinto la Manufacture Royale des Meubles de la Couronne, donde numerosos artesanos de gran capacidad llevaron a cabo la elaboración de todos aquellos objetos de orfebrería, ebanistería, bronce, etc., que fueron necesarios para decorar las construcciones reales.